Golpe doble



Si la escopeta no reventaba con aquella indigestión de muerte, sería misericordia de Dios.

Al abrir la puerta de su barraca encontró Sento un papel en el ojo de la cerradura. Era un anónimo destilando amenazas. Le pedían cuarenta duros, y debía dejarlos aquella noche en el homo que tenía frente a su barraca.

Obra Literaria de Vicente Blasco Ibáñez (Golpe doble).
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